El día 16 de diciembre acudí con mi sobrino de dos años a un taller de música y movimiento para bebés. No tengo una entrada física puesto que iba por Internet, pero aquí dejo el mail de confirmación de la reserva.
Estos talleres lo realizan un grupo de músicos y profesores, integrantes de Dobemol. Los talleres de música para bebés van dirigidos a familiares que quieran compartir con sus bebés de 0 a 36 meses sesiones musicales de manera puntual. Las sesiones tienen una duración de 45 minutos.
Durante la sesión solo nos relacionamos a través de la música, utilizando como canal de comunicación la voz y nuestro cuerpo.
En estos talleres de música para bebés es de vital importancia la calidad de la música que escuchamos. La base musical que emplean es la música clásica ya que la consideran fundamental por su gran diversidad de timbres, dinámicas, ritmos y estructuras armónicas. Además incluyen músicas del mundo, músicas tradicionales, música contemporánea e improvisaciones tanto vocales como instrumentales.
En nuestro caso el taller se llamaba Sabor a Turrón e iba enfocado a música de diferentes partes del mundo en navidad, aunque también contaba con música clásica y otros estilos.
Durante el taller se mezclaban momentos de música y movimiento, repartían diferentes instrumentos de percusión y telas para seguir ritmos. También había momentos que los ritmos había que representarlos con el cuerpo. Para recoger siempre usaban una misma melodía cantada por ellos para que la relacionáramos con que era el momento de recoger ese material y pasar a otra actividad. Al final cantaron una canción muy bonita de despedida. A mi se me paso muy rápido pero es un tiempo perfecto para que los niños tan pequeños mantengan la atención y no se aburran.
Me gusto mucho el taller porque no había asistido a ninguno con mi sobrino, el cual se lo paso muy bien. La alternancia de actividades de música con instrumentos, voz y movimiento me parecía correcta ya que eran muy cortitas y no daba tiempo a que el niño se aburriera haciéndolo. Me pareció increíble como los niños seguían lo que hacían los profesores sin que estos les dieran ninguna pauta, solo por imitación y que siguieran los ritmos a la perfección.
Por último, me gusto mucho que al final de las sesión se sacaran los instrumentos de percusión que habían enseñado durante la sesión y dejaran que los niños lo tocaran libremente.
Aquí os dejo unas fotos que nos hicieron en el taller, donde se nos pueden ver disfrutando. (Yo soy la del jersey blanco con tiras negras que esta de espaldas y mi sobrino el de al lado).
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